miércoles, 7 de marzo de 2007

Ladrillos sangrantes

Mis ladrillos
La construcción de la ciudad de Dubai es, probablemente, el proyecto arquitectónico más ambicioso, colosal y megalómano desde las pirámides. Costará miles de millones de dólares, tendrá un conjunto de islas artificiales con forma de planisferio y barrios con forma de palmeras que se verán desde la luna, hoteles submarinos de ocho estrellas, montañas giratorias, nieve en el desierto, edificios con forma de piezas de ajedrez, y está siendo construido contra reloj por miles de obreros en condiciones miserables.

Por Mariana Enriquez
Dubai, Emiratos Arabes Unidos

El mundo quizá no haya visto un proyecto de ciudad más ambicioso que el de Dubai. Una verdadera locura constructora, proyectos entre ridículos y surrealistas: ya la llaman “ciudad en ácido” o “la capital de los hongos”. La referencia lisérgica no es exagerada: Dubai parece un sueño megalómano hecho realidad —y quizá lo sea—. La política internacional dice, con su habitual sequedad, que Dubai pretende ser la capital moderna del mundo árabe —en un intento de dejar atrás la imagen de oscurantismo que le impone Occidente— y el centro financiero y tecnológico de Medio Oriente, en la ruta de tránsito del mayor capital mundial, en competencia con los puertos de Singapur y Hong Kong. Pero los proyectos vertiginosos van más allá; parecen los caprichos de un imaginativo niñito rico.

La costa de Dubai alberga construcciones que costarán, cuando finalicen, 100 mil millones de dólares, una cifra inasible e inimaginable. Incluyen The World (El Mundo), 300 islas artificiales ubicadas en forma de planisferio, hechas de arena (cada una cuesta 30 millones, y eso sin contar lo que costará hacerlas habitables). Se verá, afirman, desde el espacio. También serán visibles desde la luna las tres Palmeras, penínsulas artificiales con complejos hoteleros en las que trabajan siete millones de personas que deben ser transportadas cada mañana por barco para no provocar embotellamientos en un tránsito ya imposible (un trayecto de diez minutos en circunstancias normales dura una hora en la locura de Dubai, porque todas las calles están ocupadas por grúas y ladrillos y concreto y arena y obreros).

Pero ésos son sólo los proyectos más famosos. El resto es igualmente alucinante. Habrá un hotel Giorgio Armani y un Palacio Versace; ya funciona el shopping más grande del mundo; el hotel submarino –ocho estrellas– tendrá un costo total de 500 millones cuando esté terminado; el edificio más alto del mundo, el Burj Dubai, de 800 metros de altura, costará 800 millones. Quizás el emprendimiento más fabuloso sea el resort de ski interno, ubicado al sur de la ciudad, con nieve real y su propio sol negro (recordemos que en Dubai las temperaturas de verano ascienden a 49 grados). Y ya se planea otro resort, más exclusivo y complejo, con su propia montaña nevada... giratoria.

Seguramente la Ciudad Ajedrez derrumbará varias mandíbulas. El costo sideral se ignora, pero según los planos serán 32 torres de 64 pisos, cada una en forma de una pieza de ajedrez: edificios reinas, peones, alfiles, torres, en blanco y negro. Serán carísimos los departamentos en el edificio Big Ben, con la forma del célebre reloj londinense, pero de sólo sesenta pisos. Por supuesto, habrá una Silicon Dubai para las compañías informáticas (costo: 1700 millones); también una suerte de Mundo Marino llamado Atlantis, que costará 600 millones e incluirá natación con delfines. Y al este, la Ciudad de las Flores, la ciudad de la Salud, una Zona Libre Humanitaria... y la ampliación del aeropuerto, ya gigantesco, que costará 4 mil millones de dólares. Está claro que en este delirio un solo aeropuerto no es suficiente: ya se está construyendo uno nuevo en la costa, que tendrá capacidad para un tránsito de 120 millones de pasajeros.

Y todo esto sin contar la Disneylandia árabe, llamada Dubailand, que empleará a 300.000 personas, tendrá el tamaño de Mónaco, costará 4500 millones de dólares y recibirá a 120 millones de visitantes.

El artífice de esta fiebre es el sheik Mohammed bin Rashid al Maktoun, que gobierna Emiratos desde enero de 2006. Su idea: una ciudad como organismo, con el mejor nivel de vida del mundo, la primera metrópolis ultramoderna árabe. Una metrópolis que, claro, tiene su lado oscuro.
Además de albergar un quinto de las grúas existentes en el mundo, Dubai es el hogar temporal de 250.000 trabajadores, la mayoría oriundos de India y Pakistán. Se les paga 100 dólares por mes, viven en campamentos —cuatro personas por habitación— y lejos de la ciudad, en los galpones industriales de Quaz. Las denuncias acerca de las condiciones de trabajo son constantes: en 2006 murieron 39 trabajadores, sólo por caídas, y las leyes racistas de Dubai no proveen salud gratuita para quien no sea nativo. Ninguno de los constructores podrá comprar una parcela de tierra, también exclusiva para los nacionalizados, ni tendrá una ínfima tajada de este despliegue de dinero y poder.

Tomado de Pagina 12. 4/3/2007

lunes, 5 de marzo de 2007

Manifiesto Surrealista

Manifiesto por un arte revolucionario independiente

André Breton, Leon Trotzky y Diego Rivera

Puede afirmarse sin exageración, que nunca como hoy nuestra civilización ha estado
amenazada por tantos peligros. Los vándalos, usando sus medios bárbaros, es decir,
extremadamente precarios, destruyeron la antigua civilización en un sector de Europa. En la
actualidad, toda la civilización mundial, en la unidad de su destino histórico, es la que se
tambalea bajo la amenaza de fuerzas reaccionarias armadas con toda la técnica moderna. No
aludimos tan sólo a la guerra que se avecina. Ya hoy, en tiempos de paz, la situación de la
ciencia y el arte se ha vuelto intolerable.
En aquello que de individual conserva en su génesis, en las cualidades subjetivas que pone en
acción para revelar un hecho que signifique un enriquecimiento objetivo, un descubrimiento
filosófico, sociológico, científico o artístico, aparece como un fruto de un azar precioso, es decir,
como una manifestación más o menos espontánea de la necesidad. No hay que pasar por alto
semejante aporte, ya sea desde el punto de vista del conocimiento general (que tiende a que
se amplíe la interpretación del mundo), o bien desde el punto de vista revolucionario (que exige
para llegar a la transformación del mundo tener una idea exacta de las leyes que rigen su
movimiento). En particular, no es posible desentenderse de las condiciones mentales en que
este enriquecimiento se manifiesta, no es posible cesar la vigilancia para que el respeto de las
leyes específicas que rigen la creación intelectual sea garantizado.
No obstante, el mundo actual nos ha obligado a constatar la violación cada vez más
generalizada de estas leyes, violación a la que corresponde, necesariamente, un envilecimiento
cada vez más notorio, no sólo de la obra de arte, sino también de la personalidad “artística”. El
fascismo hitleriano, después de haber eliminado en Alemania a todos los artistas en quienes se
expresaba en alguna medida el amor de la libertad, aunque esta fuese sólo una libertad formal,
obligó a cuantos aún podían sostener la pluma o el pincel a convertirse en lacayos del régimen
y a celebrarlo según órdenes y dentro de los límites exteriores del peor convencionalismo.
Dejando de lado la publicidad, lo mismo ha ocurrido en la URSS durante el periodo de furiosa
reacción que hoy llega a su apogeo.
Ni que decir tiene que no nos solidarizamos ni un instante, cualquiera que sea su éxito actual,
con la consigna: “Ni fascismo ni comunismo” consigna que corresponde a la naturaleza del
filisteo conservador y asustado que se aferra a los vestigios del pasado “democrático”. El
verdadero arte, es decir aquel que no se satisface con las variaciones sobre modelos
establecidos, sino que se esfuerza por expresar las necesidades íntimas del hombre y de la
humanidad actuales, no puede dejar de ser revolucionario, es decir, no puede sino aspirar a
una reconstrucción completa y radical de la sociedad, aunque sólo sea para liberar la creación
intelectual de las cadenas que la atan y permitir a la humanidad entera elevarse a las alturas
que sólo genios solitarios habían alcanzado en el pasado. Al mismo tiempo, reconocemos que
únicamente una revolución social puede abrir el camino a una nueva cultura. Pues si
rechazamos toda la solidaridad con la casta actualmente dirigente en la URSS es,
precisamente, porque a nuestro juicio no representa el comunismo, sino su más pérfido y
peligroso enemigo.
Bajo la influencia del régimen totalitario de la URSS, y a través de los organismos llamados
organismos “culturales” que dominan en otros países, se ha difundido en el mundo entero un
profundo crepúsculo hostil a la eclosión de cualquier especie de valor espiritual. Crepúsculo de
fango y sangre en el que, disfrazados de artistas e intelectuales, participan hombres que
hicieron del servilismo su móvil, del abandono de sus principios un juego perverso, del falso
testimonio venal un hábito y de la apología del crimen un placer. El arte oficial de la época
estalinista refleja, con crudeza sin ejemplo en la historia, sus esfuerzos irrisorios por disimular y
enmascarar su verdadera función mercenaria.
La sorda reprobación que suscita en el mundo artístico esta negación desvergonzada de los
principios a que el arte ha obedecido siempre y que incluso los Estados fundados en la
esclavitud no se atrevieron a negar de modo tan absoluto, debe dar lugar a una condenación
implacable. La oposición artística constituye hoy una de las fuerzas que pueden contribuir de
manera útil al desprestigio y a la ruina de los regímenes bajo los cuales se hunde, al mismo
tiempo que el derecho de la clase explotada a aspirar a un mundo mejor, todo sentimiento de
grandeza e incluso de dignidad humana.
La revolución comunista no teme al arte. Sabe que al final de la investigación a que puede ser
sometida la formación de la vocación artística en la sociedad capitalista que se derrumba, la
determinación de tal vocación sólo puede aparecer como resultado de una connivencia entre el
hombre y cierto número de formas sociales que le son adversas. Esta coyuntura, en el grado
de conciencia que de ella pueda adquirir, hace del artista su aliado predispuesto. El mecanismo
de sublimación que actúa en tal caso, y que el sicoanálisis ha puesto de manifiesto, tiene como
objeto restablecer el equilibrio roto entre el “yo” coherente y sus elementos reprimidos. Este
restablecimiento se efectúa en provecho del “ideal de sí”, que alza contra la realidad,
insoportable, las potencias del mundo interior, del sí, comunes a todos los hombres y
permanentemente en proceso de expansión en el devenir. La necesidad de expansión del
espíritu no tiene más que seguir su curso natural para ser llevada a fundirse y fortalecer en esta
necesidad primordial: la exigencia de emancipación del hombre.
En consecuencia, el arte no puede someterse sin decaer a ninguna directiva externa y llenar
dócilmente los marcos que algunos creen poder imponerle con fines pragmáticos extremadamente
cortos. Vale más confiar en el don de prefiguración que constituye el patrimonio de todo
artista auténtico, que implica un comienzo de superación (virtual) de las más graves
contradicciones de su época y orienta el pensamiento de sus contemporáneos hacia la
urgencia de la instauración de un orden nuevo.
La idea que del escritor tenía el joven Marx exige en nuestros días ser reafirmada
vigorosamente. Está claro que esta idea debe ser extendida, en el plano artístico y científico, a
las diversas categorías de artistas e investigadores. “El escritor – decía Marx – debe
naturalmente ganar dinero para poder vivir y escribir, pero en ningún caso debe vivir para ganar
dinero... El escritor no considera en manera alguna sus trabajos como un medio. Son fines en
sí; son tan escasamente medios en sí para él y para los demás, que en caso necesario
sacrifica su propia existencia a la existencia de aquéllos... La primera condición de la libertad
de la prensa estriba en que no es un oficio.” Nunca será más oportuno blandir esta declaración
contra quienes pretenden someter la actividad intelectual a fines exteriores a ella misma y,
despreciando todas las determinaciones históricas que le son propias, regir, en función de
presuntas razones de Estado, los temas del arte. La libre elección de esos temas y la ausencia
absoluta de restricción en lo que respecta a su campo de exploración, constituyen para el
artista un bien que tiene derecho a reivindicar como inalienable. En materia de creación
artística, importa esencialmente que la imaginación escape a toda coacción, que no permita
con ningún pretexto que se le impongan sendas. A quienes nos inciten a consentir, ya sea para
hoy, ya sea para mañana, que el arte se someta a una disciplina que consideramos
incompatible radicalmente con sus medios, les oponemos una negativa sin apelación y nuestra
voluntad deliberada de mantener la fórmula: toda libertad en el arte.
Reconocemos, naturalmente, al Estado revolucionario el derecho de defenderse de la reacción
burguesa, incluso cuando se cubre con el manto de la ciencia o del arte. Pero entre esas
medidas impuestas y transitorias de autodefensa revolucionaria y la pretensión de ejercer una
dirección sobre la creación intelectual de la sociedad, media un abismo. Si para desarrollar las
fuerzas productivas materiales, la revolución tiene que erigir un régimen socialista de plan
centralizado, en lo que respecta a la creación intelectual debe desde el mismo comienzo
establecer y garantizar un régimen anarquista de libertad individual. ¡Ninguna autoridad,
ninguna coacción, ni el menor rastro de mando! Las diversas asociaciones de hombres de
ciencia y los grupos colectivos de artistas se dedicarán a resolver tareas que nunca habrán
sido tan grandiosas, pueden surgir y desplegar un trabajo fecundo fundado únicamente en una
libre amistad creadora, sin la menor coacción exterior.
De cuanto se ha dicho, se deduce claramente que al defender la libertad de la creación, no
pretendemos en manera alguna justificar la indiferencia política y que está lejos de nuestro
ánimo querer resucitar un pretendido arte “puro” que ordinariamente está al servicio de los más
impuros fines de la reacción. No; tenemos una idea muy elevada de la función del arte para
rehusarle una influencia sobre el destino de la sociedad. Consideramos que la suprema tarea
del arte en nuestra época es participar consciente y activamente en la preparación de la
revolución. Sin embargo, el artista sólo puede servir a la lucha emancipadora cuando está
penetrado de su contenido social e individual, cuando ha asimilado el sentido y el drama en sus
nervios, cuando busca encarnar artísticamente su mundo interior.
En el periodo actual, caracterizado por la agonía del capitalismo, tanto democrático como
fascista, el artista, aunque no tenga necesidad de dar a su disidencia social una forma
manifiesta, se ve amenazado con la privación del derecho de vivirla y continuar su obra, a
causa del acceso imposible de ésta a los medios de difusión. Es natural, entonces, que se
vuelva hacia las organizaciones estalinistas, que le ofrecen la posibilidad de escapar a su
aislamiento. Pero su renuncia a cuanto puede constituir su propio mensaje y las complacencias
terriblemente degradantes que esas organizaciones exigen de él, a cambio de ciertas ventajas
materiales, le prohíben permanecer en ellas, por poco que la desmoralización se manifieste
impotente para destruir su carácter. Es necesario, a partir de este instante, que comprenda que
su lugar está en otra parte, no entre quienes traicionan la causa de la revolución al mismo
tiempo, necesaria-mente, que la causa del hombre, sino entre quienes demuestran su fidelidad
inquebrantable a los principios de esa revolución, entre quienes, por ese hecho, siguen siendo
los únicos capaces de ayudarla a consumarse y garantizar por ella la libre expresión de todas
las formas del genio humano.
La finalidad de este manifiesto es hallar un terreno en el que reunirá los mantenedores
revolucionarios del arte, para servir la revolución con los métodos del arte y defender la libertad
del arte contra los usurpadores de la revolución. Estamos profundamente convencidos de que
el encuentro en ese terreno es posible para los representantes de tendencias estéticas,
filosóficas y políticas, aun un tanto divergentes. Los marxistas pueden marchar ahí de la mano
con los anarquistas, a condición de que unos y otros rompan implacablemente con el espíritu
policiaco reaccionario, esté representado por José Stalin o por su vasallo García Oliver(1).
Miles y miles de artistas y pensadores aislados, cuyas voces son ahogadas por el odioso
tumulto de los falsificadores regimentados, están actualmente dispersos por el mundo.
Numerosas revistas locales intentan agrupar en torno suyo a fuerzas jóvenes, que buscan
nuevos caminos y no subsidios. Toda tendencia progresiva en arte es acusada por el fascismo
de degeneración. Toda creación libre es declarada fascista por los estalinistas. El arte
revolucionario independiente debe unirse para luchar contra las persecuciones reaccionarias y
proclamar altamente su derecho a la existencia. Un agrupamiento de estas características es el
fin de la Federación internacional del Arte Revolucionario independiente (FIARI), cuya creación
juzgamos necesaria.
No tenemos intención alguna de imponer todas las ideas contenidas en este llamamiento, que
consideramos un primer paso en el nuevo camino. A todos los representantes del arte, a todos
sus amigos y defensores que no pueden dejar de comprender la necesidad del presente
llamamiento, les pedimos que alcen la voz inmediatamente. Dirigimos el mismo llama-miento a
todas las publicaciones independientes de izquierda que estén dispuestas a tomar parte en la
creación de la Federación internacional y en el examen de las tareas y de los métodos de
acción. Cuando se haya establecido el primer contacto internacional por la prensa y la
correspondencia, procederemos a la organización de modestos congresos locales y
nacionales. En la etapa siguiente deberá reunirse un congreso mundial que consagrará
oficialmente la fundación de la Federación internacional.
He aquí lo que queremos:
La independencia del arte – por la revolución;
La revolución – por la liberación definitiva del arte.

André Breton, Diego Rivera (2)
México, 25 de julio de 1938

Notas
(1) García Oliver, anarquista español, perteneció al grupo de acción española, contribuyó a
organizar las milicias obreras catalanas y de Durruti y militó en la CNT y en la FAI. Durante la
guerra civil adoptó la política del Frente Popular, aceptando el Ministerio de Justicia en el
gabinete de Largo Caballero.
(2) Aunque publicado con estas dos firmas, el manifiesto fue redactado de hecho por León
Trotski y André Breton. Por razones tácticas, Trotski pidió que la firma de Diego Rivera
sustituyese a la suya.

domingo, 4 de marzo de 2007

Ludmila



Luz de mi vida
luz de luna
asombrosa
luz de luz
mágica
viva
verdadera luz

El periodismo y la realidad

A pesar de la ideología, la verdad se cuela en esta crónica desde Oaxaca por un periodista de un diario burgués.

La insurrección se adueña de Oaxaca

Las oficinas de la Dirección del Registro Público de la Propiedad de Oaxaca están precintadas con un letrero donde se lee "Clausurado hasta la salida de U. R. O. [iniciales de Ulises Ruiz Ortiz, gobernador del Estado]". En una situación similar están la sede de la Casa de Gobierno, de la Secretaría de Finanzas y todas las del poder Ejecutivo de este Estado mexicano, el nuevo edificio del poder Legislativo y el del Tribunal Superior de Justicia. La práctica totalidad de las dependencias del Gobierno estatal en la ciudad de Oaxaca, de 600.000 habitantes, están cerradas al público. Las barricadas impiden o dificultan el libre tránsito, la Policía ha sido acuartelada y el centro histórico del capital del Estado está tomado por la autodenominada Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) y los maestros en huelga desde el mes de mayo, que han dejado sin clase a 1,3 millones de escolares, de este Estado de tres millones de habitantes, situado a unos 400 kilómetros de Ciudad de México.
Lo que empezó hace más de tres meses como un conflicto laboral sin mayor trascendencia ha degenerado en una protesta insurreccional, cuyos líderes exigen la salida del gobernador Ruiz (del PRI, Partido Revolucionario Institucional) para dar paso a un "gobierno popular".
En las dependencias de la Unidad de Protección Civil, un grupo de la Brigada Móvil de la APPO llegó con el siguiente mensaje para los trabajadores: "Tienen vacaciones a partir de hoy. Estas oficinas pertenecen ahora a la APPO". Los integrantes de dicha brigada recorren la ciudad para declarar "clausuradas" oficinas gubernamentales y desalojar a los funcionarios. Los brigadistas se atribuyen prerrogativas de policías y jueces, y han llegado a detener a supuestos violadores de la ley, interrogar y ordenar castigos, para entregar posteriormente los "capturados" a la Cruz Roja. La gravedad de algunos incidentes protagonizados por este grupo, con uso de violencia y escarnio contra las víctimas, obligó a los líderes de la APPO a suspender desde el viernes pasado las acciones de la Brigada Móvil.
Heliodoro Díaz Escárraga, secretario general del Gobierno, niega que haya parálisis en las funciones administrativas del Ejecutivo, "que operan en la mayor parte del Estado", y prefiere hablar de "una complejidad en la ciudad de Oaxaca". Parte de esta complejidad es que el número dos del Gobierno reciba a EL PAÍS avanzada la noche en un discreto hotel de la ciudad, que el gobernador se desplace en la semiclandestinidad, que haya enviado a su familia lejos de Oaxaca porque en ningún lugar de la ciudad puede sentirse completamente seguro, o que los diputados sesionen en casas particulares. La cabeza del gobernador es el objetivo irrenunciable de la insurrección oaxaqueña.
Nadie lo admite públicamente en las filas de la revuelta oaxaqueña, pero no es difícil percibir un paralelismo entre la radicalización de la protesta social en uno de los Estados más olvidados por el poder central, y la escalada de la tensión del derrotado candidato presidencial de la izquierda Andrés Manuel López Obrador en Ciudad de México para ponerle las cosas difíciles al presidente electo, Felipe Calderón. "La APPO es independiente de los partidos políticos y de cualquier estructura del Estado", dice Florentino López, 22 años, estudiante de Derecho y portavoz de la organización. "No tenemos ningún vínculo con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ni con López Obrador", añade.
Pero en los discursos de unos y otros, las similitudes asoman en varios frentes. López Obrador ha convocado para el próximo 16 de septiembre una Convención Nacional Democrática "para lograr una transformación de todas las instituciones de la República". El portavoz de la APPO afirma, por su parte, que luchan "por una nueva Constitución y la reforma integral del Estado". "Proponemos una Asamblea Nacional de los Pueblos de México que luche por una Asamblea Constituyente para resolver todos los rezagos históricos de nuestro país", añade.
En Oaxaca, algunos líderes de la revuelta sienten que ha llegado la hora del ejercicio de la soberanía popular. "La APPO empieza a funcionar como gobierno, porque en los hechos hay un vacío de poder", señala Florentino López en un rincón del campamento revolucionario en que se ha convertido la plaza del Zócalo oaxaqueño.
La idea que está sobre la mesa de la APPO es difundir una proclama el próximo 16 de septiembre, con motivo de las Fiestas Patrias, que declare proscrito el Gobierno de Ulises Ruiz y anuncie el ejercicio del poder desde el centro histórico, de manera que los dirigentes de la APPO se instalarían en el Palacio de Gobierno, hoy convertido en museo.
Las cosas han llegado tan lejos en Oaxaca en buena parte porque el Gobierno estatal, empecinado en la arrogancia, y el federal, más preocupado de las elecciones presidenciales, no han asumido su responsabilidad. El columnista Raymundo Riva Palacio escribía recientemente en el diario El Universal que "Oaxaca sigue siendo el principal problema político de México, pudriéndose cada día más por la negligencia de quienes deben buscar una solución".
No cabe duda de que el conflicto de Oaxaca tiene raíces profundas y de que buena parte de las reclamaciones de quienes protestan son de toda justicia. Oaxaca está en el furgón de cola de México, a pesar de ser cuna de destacados personajes de la historia del país, como Benito Juárez, Porfirio Díaz y José Vasconcelos. "De nada nos ha servido", dice Ismael Sanmartín, director de Noticias, el diario de mayor difusión. Las principales fuentes de ingreso del Estado, donde la industria brilla por su ausencia, son el turismo y las remesas que envían los miles de emigrantes oaxaqueños desde EE UU. "Los jóvenes se van al vecino del norte o a la marihuana. El narcotráfico ha crecido de manera alarmante en algunos puntos del Estado", subraya Sanmartín. Noticias es el único diario abiertamente opositor al Gobierno estatal, aunque en el pasado no era así. Su postura crítica le costó el asalto y toma de sus instalaciones y diversas agresiones por grupos armados organizados desde los círculos del poder, según denuncias de los responsables del diario y de diversas organizaciones humanitarias.
El actor original del conflicto en Oaxaca, la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza (SNTE), agrupa a unos 70.000 maestros y depende del comité ejecutivo nacional de una organización sindical gigantesca -la más poderosa de América Latina-, que históricamente ha actuado como una corporación del PRI, con más de un millón de afiliados. Hasta 1980, cuando se desligó de la dirección nacional del SNTE, y la sección 22 entró en una nueva fase de mayor autonomía y democracia. Año tras año, al llegar mayo, los maestros oaxaqueños realizan paros, marchas y otras movilizaciones. Piden mejoras salariales y de condiciones laborales y empiezan a negociar con el Gobierno del Estado y de la federación. Después de algunas semanas de acampar en el Zócalo, solía llegar el acuerdo.
El pasado mayo empezó como siempre. Los maestros presentaron su lista de reclamaciones, entre las que destacaba el cambio de zona a la que pertenecen, a fin de obtener mayores ingresos. El Gobierno estatal respondió que el asunto era competencia de la federación, pero su titular, Ulises Ruiz, pronto dio muestras de que esta vez no seguiría el mismo camino de sus antecesores. Llegó a la gobernación de Oaxaca con la voluntad de poner fin a los plantones y marchas callejeras, y sacó la policía a la calle como ningún otro gobernador había hecho.
Abogado defensor de ganaderos y terratenientes en los años ochenta frente a las organizaciones campesinas que tomaban tierras, Ruiz asumió el cargo cuestionado, porque su opositor, Gabino Cué, de la coalición Por el Bien de Todos (encabezada por el Partido de la Revolución Democrática, PRD), perdió las elecciones de 2004 por escaso margen e impugnó los comicios. Ruiz fue diputado federal y senador, y un importante operador político de Roberto Madrazo, derrotado candidato a la Presidencia por el PRI.
Después de varias sesiones de negociación sin resultado, el 22 de mayo los maestros ocuparon el centro histórico de Oaxaca y levantaron un campamento en el Zócalo. El 14 de junio el Gobierno ordenó el desalojo de los maestros en un operativo policial tan mal planificado como violento. Tres horas después los maestros recuperaron sus posiciones y los policías se batieron en retirada, con un balance de un centenar de heridos y 11 detenidos.
La ola de solidaridad popular con los maestros catapultó un nuevo movimiento que integró a diversas organizaciones sociales bajo las siglas APPO. Su lema de presentación era "Va a caer". La APPO radicalizó el movimiento de protesta, que ya no se limita a reivindicaciones laborales. Al grito de "Fuera Ulises", empiezan las tomas de edificios oficiales, y la quema de coches y autobuses. Los operativos parapoliciales nocturnos de amedrentamiento causaron un muerto, y como respuesta, el 22 de agosto empezaron las barricadas para impedir el paso de un llamado convoy de la muerte.
La revuelta de Oaxaca ha cambiado completamente el panorama político del Estado, que el 2 de julio dejó de ser un bastión tradicional del PRI. Andrés Manuel López Obrador ganó ampliamente la elección presidencial y su partido, el PRD, obtuvo 9 de los 11 diputados federales y los dos senadores en disputa. El efecto AMLO y el voto de castigo al PRI hizo estragos.
Entre la intransigencia de un gobernador acusado de déspota, tirano y de haberse enriquecido ilegalmente, y un movimiento de protesta que mantiene la ciudad patas arriba, "está el pueblo-pueblo, que lleva la peor parte de esta lucha", dice el padre Wilfredo Mayren Peláez, que integró la malograda comisión de intermediación. El futuro del conflicto se dirime estos días en las negociaciones entre representantes de los maestros y movimientos sociales y el Gobierno federal.
Autor: Francesc Relea (El País, Madrid)
escurridiza noción de algas
reverbera en las paredes esta noche
por que somos a la vida como espejos
aquellos que avanzando temen

terraplenes como cresta rugosa
le surgen a la playa
y envidiados
caminamos rumbo al turbión

no se que escriben
los que buscan devotos verdades pasajeras
tanto anuncio y la vida viaja
va por el borde haciendo equilibrio
aunque acecha la tarde al poniente ya ves
caminamos
tenemos tanto de que andar

si mis manos entre tierra
no pueden ser de azogue
vuelvo al confín maduro
de donde he partido
vislumbro como enfermo
la enagua sencilla
que embriaga mi porción de mimbre

cesaer